¿Ansiedad al comer? La felicidad viene en pequeñas porciones
Un novedoso estudio científico propone una forma creativa y simple para afrontar esas ganas incontrolables de comer en exceso.
Tienes hambre. MUCHA hambre. Vas a un restaurant y te ofrecen dos opciones: la primera es una hamburguesa XL que se ve exquisita; la segunda es media hamburguesa XL, pero con un regalo que te permite participar en el sorteo de un premio de cincuenta mil pesos. Ambas alternativas cuestan lo mismo.
¿Qué eliges? De acuerdo a la ciencia, la segunda opción.
Se trata de un grupo de investigadores provenientes tanto de la Universidad de Arizona como de la Universidad de California del Sur, quienes determinaron que ofrecer un pequeño incentivo junto a una comida motiva de un modo consistente a los niños y adultos a elegir porciones más pequeñas.
¿Cómo funciona este truco? Durante el estudio se sometió a los participantes a resonancias magnéticas, cuyas imágenes revelaron que sus cerebros responden ante un juguete pequeño, una gift card o un ticket de juego de azar de la misma forma que lo hacen ante un exquisito plato de comida.
El estudio, publicado en la revista Journal of the Association for Consumer Research, tuvo como objetivo la exploración de las razones por las cuales comemos en exceso y en cómo podemos ser felices sin caer necesariamente en la trampa de la ingesta en demasía (y probablemente por ansiedad).
Explican los autores:
"Claramente comer menos no es divertido para mucha gente (e incluso puede ser la razón de infelicidad a corto plazo), dado que la restricción en los tamaños de las porciones requieren disciplina y autocontrol. Sin embargo, al combinar un deseo a corto plazo (comer) con otro deseo a corto plazo (jugar) que en conjunto está enfocado a un deseo a largo plazo (ser saludable), diferentes fuentes de felicidad se vuelven conmensurables".
¿En español? Los resultados mostraron que la combinación de porciones pequeñas y premios no comestibles activaban áreas similares del cerebro (específicamente, el cuerpo estriado que está asociado a las recompensas, el deseo y la motivación) que las de una porción grande por sí sola.
Y hay más: las personas estuvieron fuertemente motivadas a elegir la mitad de una hamburguesa o de una pizza incluso teniendo hambre. Y no lo compensaron comiendo más calorías después.
En este sentido, el grupo de investigadores destacó la importancia de fomentar otro tipo de recompensas (no comestibles) entre los niños cuando éstos cumplen algún deber o destacan en alguna tarea específica. Incluso también sugieren que las celebraciones en nuestros trabajos (cumpleaños, ascensos laborales, etc.) no siempre se celebren en torno a la comida.
De esta manera lograremos relacionarnos con la comida de una forma completamente diferente y más sana.
El estudio se llama "¿Pueden las comidas más pequeñas hacerte feliz? Aproximaciones psicológicas, comportamentales y neuropsicológicas de la elección motivacional de pequeñas porciones" y fue publicado en enero de 2015.
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Lo pondré en práctica...gracias