Aprenda a reconocer una crisis de angustia

¿Te ha pasado alguna vez que sientes un fuerte dolor torácico, dificultades para respirar -en un nivel que sientes que te asfixias- y todo acompañado de mareos y náuseas? Pues entonces es posible que hayas sido víctima de una crisis de angustia.

Ante estos síntomas, muchas personas consultan al médico creyendo que se trata de un pre-infarto u otra enfermedad de la misma gravedad, sin embargo, si los exámenes no revelan nada, entonces es hora de consultar con un psicólogo.

¿Qué es una crisis de angustia? "Es un breve período de angustia, ansiedad o miedo extremos que comienza repentinamente y se acompaña de síntomas físicos y/o emocionales". Cuando las crisis de angustia son constantes, entonces hablamos de un trastorno de angustia.

Esta crisis se divide en dos tipos:

• Crisis de angustia esperada: Se puede presentar en cualquier tipo de trastorno de la ansiedad. Por ejemplo, si una persona le tiene fobia a las arañas, es esperable que cifra una crisis de angustia si ve una o, peor aún, tiene una sobre su cuerpo.
• Crisis de angustia espontánea: Se produce sin ninguna causa aparente por lo que es inesperada.

En ambos casos, las crisis suelen estar vinculadas al estrés.

¿Cuáles son los síntomas de una crisis de angustia?

• Dolor o molestias torácicos
• Sensación de asfixia
• Mareo, inestabilidad o desmayos
• Miedo a morir
• Miedo a volverse loco o a perder el control
• Sentimientos de irrealidad o de extrañamiento en relación con el propio entorno
• Sofocos o escalofríos
• Náuseas, dolor de estómago o diarrea
• Entumecimiento o parestesias
• Palpitaciones o aceleración de la frecuencia cardíaca
• Sensación de ahogo o de falta de aire
• Sudoración
• Temblores o agitación

Por lo general, las crisis de angustia suelen alcanzar su máxima expresión 10 minutos después de iniciarse. Posteriormente comienzan a desaparecer rápidamente los síntomas, por lo que al llegar al servicio de urgencia ya no presenta síntomas.

En cuanto a la frecuencia, hay persona que sufren crisis cada ciertos meses o semanas, pero hay otros que las pueden llegar a sufrir a diario.

Sin embargo, se trata de un problema que tiene tratamiento, el cual consiste en una psicoterapia acompañada de antidepresivos y/o ansiolíticos. Lo importante en estos casos es que ambos tratamientos se completen, sobre todo el psicológico, pues de esta forma evitará que con el tiempo las crisis vuelvan a surgir.

¿Qué tipo de psicoterapias se utilizan en estos casos?

El tipo de terapia variará según las características del paciente, el tiempo que lleve con crisis de angustia, la intensidad de éstas, entre otras variables.

Sin embargo, en la mayoría de los casos se utilizan las siguientes terapias:

• De exposición: Consiste en exponer poco a poco a la persona a las situaciones que le generan la ansiedad, para que vaya aprendiendo a controlar sus emociones, su respiraciones, su reacción, etcétera, de modo que vaya aprendiendo a dominar la situación y no caiga en descontrol.
• Cognitivo-conductual: La persona aprende a reconocer cuándo sus temores son infundados, técnicas de relajación y se le ayuda a que deje de evitar las situaciones que le provocan crisis de angustia.
• Psicoterapia de apoyo: Incluye educación y asesoramiento, es decir, el terapeuta le informa a la persona en qué consiste la crisis de angustia, cuáles son los síntomas, por qué se produce, las expectativas de tratamiento… Todo esto para que la persona vaya perdiendo ese temor ante lo desconocido y aprenda a manejar las situaciones de estrés.

Si sufres de crisis de angustia o presentas síntomas similares a los descritos, no dudes en consultar con uno de nuestros psicólogos. Recuerda que se trata de un problema que necesita atención para su recuperación.

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