Obesidad, autoestima y psicología: una tríada crítica en Chile

"Tengo 39 años y creo que mi mayor problema es que no puedo aceptar mi cuerpo como es", cuenta Carolina, quien quiere superar sus inseguridades físicas, ya que desde que era una adolescente "vivo de dietas y mi vida gira en torno a la comida y lo que veo en el espejo".

Lamentablemente su realidad es la de muchos chilenos: somos el país con más niños obesos en América Latina y ocupamos el sexto lugar a nivel mundial en obesidad infantil.

Por eso conversamos con una especialista en el tema: Adriana Soto, psicóloga con más de veinte años de experiencia y que desde la perspectiva psicoanalítica ha tratado casos de personas con obesidad.

En este sentido, una de las primeras aclaraciones que hace sobre el tema es que "en mi práctica clínica me he encontrado que no todos los pacientes obesos o con sobrepeso que vienen a consultar acusan una disconformidad con su estética corporal". Según Adriana, las razones más potentes que llevan a estos pacientes a contactar a un psicólogo suelen ser el hecho de notarse "demasiado ansiosos, o por algunos eventos angustiantes, frustraciones, estrés, entre otros".

En este tipo de casos las personas no relacionan su exceso de peso con un problema psicológico, e incluso justifican su volumen corporal diciendo que es la sociedad que no les brinda mayores facilidades para llevar a cabo una vida normal. "Desde ese lugar toman su obesidad como algo positivo, compensando de esta manera sus frustraciones y ansiedades", explica la psicóloga.

Imagen: Pixabay.

Obesidad, autoestima y vida sexual

Sin embargo, existe otra cantidad importante de pacientes que sí relacionan su situación física con problemas psicológicos y que buscan bajar de peso. Aquí Adriana Soto distingue entre dos tipos de personas obesas:

• "Los que por alguna razón o evento traumático comenzaron en algún momento de sus vidas a compensar con la comida, lo que se llama obesidad reactiva".
• Los pacientes "que son obesos desde la etapa oral o desde la más temprana infancia, desarrollando un problema de alimentación y que no saben cómo dejar el hábito de comer sin control".

Estos últimos dos casos resultan bastante comunes en nuestro país, tal como miles de televidentes observaron en la primera temporada del programa Peso Pesado (Mega), docurreality en que chilenos con obesidad mórbida eran sometidos a tratamientos integrales de baja de peso, junto al apoyo de médicos cirujanos, kinesiólogos, psicólogos y entrenadores físicos.

Y también es el caso de Carolina, quien cada vez es más consciente de la gravedad de su complejo:

"No dejo de pensar en que si me siento se verá un rollo, y hasta cuando hablo con los demás siento mi cara gorda. Creo que es tanta mi obsesión que creo escuchar cuando voy en la calle '¡gorda!' y que todo el mundo se fija en eso".

En este tipo de escenarios, y a diferencia de aquellos que no lo ven como un inconveniente real, los pacientes suelen tener problemas de autoestima, "sobre todo las de sexo femenino, ya que no se sienten deseadas y a la vez padecen de falta de deseo", puntualiza la psicóloga. Por su parte, a los hombres les suele afecta directamente la testosterona, "lo cual hace que baje su libido y sufra de impotencia sexual, lo que puede contribuir a una disfunción sexual".

"Es increíble que, cuando bajan de peso, se perciben más libidinosos en ambos sexos".

Imagen: Shutterstock

Bajar de peso… ¿y luego qué?

La psicóloga Adriana Soto también identifica otro grupo de pacientes: aquellos que sufren de obesidad mórbida y que han bajado una enorme cantidad de kilos. "Más que lo que significa un cuerpo flácido, comienzan a no reconocerse en este nuevo cuerpo que, de alguna manera era su escondite frente a un espejo, como si fuera una máscara que se interponía para expresar deseo o ser un sujeto deseante deseable".

La especialista explica que aquí el trabajo psicoterapéutico es clave para permitir que la persona se reconozca a sí misma como un nuevo sujeto, con el fin de reconstruir un nuevo ser en su aparato psíquico.

Asimismo, cuando alguien llega a la consulta debido a su exceso de peso resulta fundamental hacerle ver que, a medida que vaya perdiendo esos kilos, irá cambiando no sólo física sino psíquicamente.

"La terapia no termina cuando se logra bajar de peso, ya que [el paciente] podría entrar en crisis y volver a sus hábitos de adicción a la comida con el fin de no verse. Por eso es importante que se reconcilie con su nuevo cuerpo".

La relación entre obesidad y psicología

Para algunos probablemente la relación obesidad y psicología sigue sin estar tan clara. Para otras personas, como Carolina, existe un vínculo directo entre su imagen física y el bienestar emocional y psicológico:

"Intento ser feliz bajando de peso. Me siento infeliz, quisiera olvidar y llenar un vacío".

En este sentido, y a modo de reflexión final, la psicóloga Adriana Soto cree que en Chile convendría hacer una "estructuración mental sobre la conveniencia de entregar afecto desde las emociones, el cuerpo y la palabra, y no hacerlo con la comida".

También considera que tenemos mucho que aprender en el ámbito de las relaciones interpersonales, "ya sean familiares, amicales o de trabajo", donde agradecer y perdonar no esté necesariamente enlazado con regalar chocolates o un buen vino, sino en "aprender a mirarse y a reconocerse como seres iguales, que somos capaces de cometer errores y de enmendarlos".

En definitiva, que "entregar cariño sin ataduras, libre y espontáneamente, es tan natural que no se necesitaría buscar fuera de uno, sino dentro de nuestro propio ser".

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