¿Soy una persona tóxica?

Es común que personas recurran a una terapia pues se sienten sumergidos en una relación tóxica, ya sea de pareja, laboral o familiar. Sin embargo, en algunos casos también puede ser que ellos sean los de la personalidad "virulenta", entonces ¿cómo reconocer si somos una persona tóxica?

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¿Cómo podemos tener este control?

Lo primero que tenemos que considerar es que todos en algún momento de la vida hemos resultado tóxicos para alguien, pues somos individuos con personalidades únicas que podemos diferir con otras personas. No obstante, podemos controlar aquellos comportamientos que resultan nocivos, como la violencia, la infidelidad, los celos, entre otros. Hablamos de controlar, pues algunos psicólogos plantean que las personas no pueden cambiar sino controlar aquello que resulta dañino para ellos mimos y/o los demás.

No es una tarea fácil, porque el primer paso es reconocer que somos una persona tóxica para los demás, un paso que requiere que nos enfrentemos al principal acompañante de las personalidades tóxicas: El ego.

El ego nos ayuda a tomar conciencia de nosotros mismos, pero también puede ser un refugio en el que se escondan y protejan las inseguridades. En este último caso es cuando se desarrollan las personalidades tóxicas, pues las personas en vez de reconocer sus problemas reniegan de ellos, e incluso, reaccionan violentamente si alguien se los enrostra.

Por eso, volvemos a insistir, el primer paso es el más importante pero el más difícil: Reconocer que somos una personalidad tóxica. Pero, ¿cómo darme cuenta de que lo soy? Atención a estos tips.

• Siento constantemente que la vida es mala e injusta conmigo: Esto es justamente un problema de ego, porque sentimos que merecemos lo mejor y no entendemos que la vida tiene altos y bajos.
• Cuando alguien me da su opinión, la rechazo o me la tomo como agresión: Esta actitud se debe a que enmascaramos nuestra inseguridad y reaccionamos mal si sentimos que está siendo revelada.
• Cuando alguien tiene éxito, soy incapaz de reconocer su mérito: Una tendencia natural de las personas tóxicas es minimizar el éxito de otros o restarles mérito con frases como "tuvo suerte", "debe tener pituto", "con esa plata cualquiera lo logra", entre otras frases.
• Tiendo a establecer o sentirme como víctima: Siempre se culpa a otro de lo que nos pasa, no hay una capacidad de reconocer la responsabilidad y consecuencias de nuestras acciones.
• Llego a agresiones verbales y/o físicas: Esta es una de las señales más claras de que tenemos una personalidad tóxica y es justamente cuando ya debemos hacer un alto y pedir ayuda, pues no sólo nos dañamos a nosotros mismos sino que también a quienes nos rodean.

Paso a paso

1. Los expertos recomiendan autoanalizarse y reconocer si tenemos algunas de estas cinco características de una persona tóxica. En caso de detectar una o más de estas conductas, entonces es de suma importancia buscar cuanto antes ayuda profesional y empezar por modificar las conductas que están afectándonos.

2. Si constantemente de quejas de que la vida es injusta contigo pregúntate exactamente qué es aquello que consideras injusto; cuáles son los hechos concretos que te incomodan o te hacen sentir mal. Notarás que no es "la vida en general" sino situaciones en concreto. ¿Puedes modificarlas? Si es así, adelante. Si no puedes cambiar esas situaciones porque se escapan de tu control, acéptalo y céntrate en todo aquello que sí puedes cambiar. 

3. Si eres demasiado crítico con los demás, piensa cómo puedes comunicarte de manera proactiva. Cómo puedes hacerle entender a los demás que hay algo que no te gusta y que se puede cambiar para mejorar la relación.También puedes hacer un ejercicio de autocrítica hacia ti mismo y darte cuenta de que tú mismo tienes defectos que pueden irritar a los demás. 

4. Si eres pesimista y crees que todo va a salir mal, por más esfuerzos que hagas, haz un listado de todo lo que sí ha salido bien por tu propio esfuerzo y de todo lo que aportas para que tu día a día sea mejor. Enfocarse en lo negativo, solo aportará más negatividad a tu alrededor. 

5. Si crees que todo debe estar bajo tu control y supervisión, entonces es que no has aprendido a delegar o no confías en las capacidades de las personas que te rodean. ¿Y si esta semana pruebas a dejar en otras manos algunas actividades? Todos tenemos nuestra propia forma de hacer que las cosas funcionen. La tuya no es la única ni la mejor. 

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