Mal dormir de un niño de 10 años
El hijo de mi pareja tiene 10 años. Desde pequeño él dormía en su propia cuna en la habitación con sus padres, y después a los 2 años en su propia cama en su habitación. Sin embargo, el niño aparecía todos los días en la pieza de sus padres. Mi pareja lo llevaba nuevamente a su cama y se dormía con él. Esta situación y otras, fracturaron la relación de mi pareja con la madre de su hijo ya que ellos gozaban de poca intimidad por este motivo y aunque la mujer le reclamaba que él debía volver después con ella, él no lo hacía porque el niño regresaría. Posteriormente ellos se separan cuando el niño cumplió 4 años. Con esto, el niño dejó su habitación y se empezó a acostar con su mamá. Cuando él cumple 6 años la madre decide que debe volver a su habitación ya que ella inicia una nueva relación. Sin embargo, el niño nuevamente vuelve a aparecer en la habitación de la mamá y aunque ella intenta que el niño siga durmiendo en su habitación es complicado. Ya que cada vez que el niño volvía, ella se iba a acostarlo y se quedaba con él hasta que se dormía. Para luego volver ella a su habitación. Pero el niño regresaba al poco rato y así sucesivamente hasta que amanecía. Por esta razón, la pareja de ella decidió irse de la casa y tener una relación sin convivencia. Paulatinamente la abuela comenzó a dejar que el niño durmiera con ella hasta la actualidad que tiene 10 años. Por otro lado, el niño cuando se quedaba a dormir con mi pareja, al comienzo intentó que el niño durmiera en una cama aparte en la misma pieza con él, pero a pesar de la cercanía el niño se iba a la cama con él. Él intentó que el niño volviera a su cama, pero al final ganó el hecho de que el niño durmiera en la misma cama con el papá. Hace dos años con mi pareja decidimos convivir. Yo tengo dos hijos de 11 y 8 años. Cada uno tiene su propia habitación y su propia cama y nunca tuve problemas con la transición de que durmieran conmigo, pasarán a su cama en la misma pieza conmigo, posteriormente compartieran habitación y de ahí cada uno adquiriera su propia habitación (esto porque mi hija mayor quería su privacidad con respecto a su hermano menor). Con la convivencia de mi pareja conmigo, se vino el hecho de que su hijo pasaría algunos días con nosotros y por tanto le adaptamos una habitación a su gusto, incluso lo hicimos partícipe de su decoración. Mi pareja lo arropaba para dormir, pero comenzaron los problemas. Al poco de quedarse dormido, mi pareja se iba la habitación para disfrutar conmigo parte de la noche. Pero nos era imposible tomarnos un trago tranquilos o ver una película, incluso el hecho de poder descansar ya que el niño volvía varias veces en la noche buscando a mi pareja. Le dimos la opción de compartir habitación con mi hijo, pero no quiso porque según él, mi hijo no dejaba encender la televisión o la luz de la pieza y que a él le gustaba dormirse o con la tele o la luz encendida. Le dejábamos la luz del pasillo prendida pero aún así ahora se quejaba que era poca luz. Mi hijo aceptó hasta dejar la lámpara prendida pero el niño quería la luz de la habitación prendida o la televisión. Esto último mi hijo no quiso ya que no lo dejaba descansar tranquilo. Conversamos con la abuela y la mamá del niño para buscar una solución pero la única solución que nos dieron es que el niño dejara de pernoctar con el papá y que "no sé por qué tanto se quejan si yo dormí hasta los 15 años en la cama con mis papás y después compartía cama con mi hermana", respondió la mamá del niño. El niño estuvo dos meses viniendo pero no se quedaba a dormir con nosotros hasta que decidió volver a hacerlo y ya lleva nuevamente quedándose hace tres meses, los cuales han sido súper complicados porque hace mucho escándalo y nos despierta a todos. Ahora quiere dormir en la misma pieza con nosotros o en nuestra cama. Le dije que no a mi pareja pues él me insinuó que viéramos la opción, también me discutió porque de vez en cuando mis hijos se dejaban caer en la habitación cuando él se iba a trabajar. Pero mis hijos vienen de vez en cuando a regalonear unos 30 minutos antes de levantarse para ir al colegio y le dije que eso no podía compararlo a que su hijo quisiera dormir toda la noche con nosotros. No sé qué hacer.