10 cosas que tienen en común los padres de niños exitosos
No se trata de un decálogo que debas seguir al pie de la letra, pero sí de consejos basados en largas investigaciones de prestigio.
A todos nos gusta pensar que nuestros hijos e hijas cumplirán todas sus metas y que se sentirán satisfechos con lo que han logrado en sus vidas. ¿Por qué? Porque, en primer lugar, queremos que sean felices y, en segundo lugar, porque un buen "resultado" evidenciaría nuestros dotes como padres.
Y, si bien no hay fórmulas mágicas, sí existen excelentes investigaciones científicas que nos permiten compartir las siguientes 10 cosas que tienen en común los padres de niños y niñas exitosas (y felices):
Involucrar a los niños en las tareas hogareñas
"Si los niños no lavan sus platos, significa que alguien lo hace en su lugar", dice Julie Lythoctt-Haims, académica de la Universidad de Stanford y autora de Cómo criar a un adulto. Por lo tanto, agrega, es necesario que "sean dados de alta no sólo en el trabajo, sino también en el aprendizaje de que el trabajo debe ser hecho y que cada uno de nosotros debe contribuir al bien común".
La profesional también explica que, cuando los niños ayudan en los quehaceres domésticos, a la larga éstos de convierten en trabajadores que colaboran más con sus colegas, siendo más empáticos porque saben que las cosas no siempre son fáciles, lo que les hace soportar tareas más diversas.
Enseñar habilidades sociales a los niños
Investigadores de la Universidad Estatal de Pensilvania y la Universidad de Dule siguieron a más de 700 niños de Estados Unidos desde su época de escuela primaria hasta sus 25 años, y descubrieron una correlación significativa entre su comportamiento social y el éxito como adultos que alcanzaron 20 años después.
Dicho estudio demostró que aquellos niños socialmente competentes que pueden colaborar con sus compañeros sin que nadie se los pida, ayudar a los demás, comprender sus sentimientos y resolver problemas por sí mismos son más propensos a tener un grado académico y un trabajo a tiempo completo a los 25 años.
"Este estudio muestra que ayudar a los niños a desarrollar habilidades sociales y emocionales es muy importante para prepararlos para un futuro saludable", dijo Kristin Schubert, directora del programa de la Fundación Robert Wood Johnson, que financió la investigación.
Tener relaciones sanas con los demás
Los niños que crecen en entornos de conflicto tienden a no desenvolverse tan bien como los niños cuyos padres y parientes cercanos se llevan bien, según un estudio de la Universidad de Illinois. La investigación va más allá al mostrar que los niños que crecen en familias monoparentales con relaciones equilibradas se sintieron más realizados en su vida profesional que los que crecieron en una familia de dos padres con conflictos cotidianos.
Después de un divorcio, cuando el padre sin el cuidado personal de los niños tiene contacto frecuente con ellos y existe muy poco conflicto, los niños mejoran su nivel de realización personal. Sin embargo, cuando existen problemas, las visitas frecuentes de los padres no permiten el desarrollo adecuado de los niños.
Aprender matemáticas de manera temprana
Un meta-análisis de 2007 hecho a 35.000 estudiantes de Estados Unidos, Canadá e Inglaterra mostró que desarrollar habilidades matemáticas de manera temprana podría ser una gran ventaja.
"La importancia primordial de los conocimientos en matemáticas siendo muy pequeños (a partir del colegio con un conocimiento de los números, su orden y otros conceptos matemáticos elementales) no sólo predicen mayores facilidades de futuro en las matemáticas, sino también en la lectura", dijo el co-autor del estudio Greg Duncan.
Desarrollar una relación con tus hijos
Un estudio realizado en 2014 a un total de 243 personas nacidas en el seno de familias bajo la línea de la pobreza demostró que los niños que reciben amor y atención significativa en sus primeros tres años de vida no sólo tuvieron un mejor desempeño académico, sino que también mejores relaciones interpersonales y éxito en los negocios a los 30 años de edad.
Los padres que escuchan a sus hijos son los que responden a las señales de forma rápida y adecuada, y les proporcionan una base segura para explorar el mundo. Los autores sugieren que esta inversión en una relación padre-hijo desde su infancia o el nacimiento puede generar enormes beneficios a lo largo de su vida.
Menos estrés
El estrés de los padres, especialmente cuando se origina por una falta de compatibilizar el trabajo y la vida familiar, puede afectar a los niños. El contagio emocional –fenómeno en que algunas personas capturan los sentimientos de los demás como un resfriado— lo explica todo: si un amigo es feliz, tú también; si ese amigo está triste, tú lo acompañarías en ese pesar. Así que si uno de los padres se muestra cansado, el estado emocional podría transmitirse a los niños.
Valorar el esfuerzo en vez de evitar el fracaso
Carol Dweck, psicóloga de la Universidad de Stanford, descubrió que los niños y los adultos adoptan básicamente dos posturas frente al éxito.
- Una mente fija pensará que el carácter, la inteligencia y capacidad creativa son cosas estáticas que no podemos cambiar, y que el éxito es la reafirmación de la inteligencia inherente. La lucha por el éxito y evitar el fracaso a toda costa se convierte en un medio para mantener la competencia o la inteligencia.
- Un espíritu de crecimiento se basa en el desafío y no ve el fracaso como evidencia de la no-inteligencia, sino como un trampolín interesante para crecer y expandir las capacidades existentes.
Pero, ¿de qué sirve esta diferenciación? De mucho, sobre todo porque el modo en que vemos el mundo puede afectar notablemente en la visión que construyen nuestros hijos. Por ejemplo, si continuamente decimos a un niño que obtuvo buenas notas gracias a su inteligencia, estamos ayudándolo a desarrolla una mente fija. En cambio, si le decimos que lo logró gracias al esfuerzo, lo más probable es que desarrollo un espíritu de crecimiento.
Trabajar fuera
Según muchos estudios, los niños cuyos padres trabajan fuera del hogar tienden a ir más a la escuela, tener más posiciones de liderazgo y ganar más (23% más que sus compañeros que crecieron con una madre en el hogar, por ejemplo).
Los hijos de padres que trabajan fuera también tienden a invertir más tiempo en tareas del hogar y en la educación de sus hijos en el futuro.
Ser el que "autoriza" más que el "autoritario" o "permisivo"
Un estudio realizado por la Universidad de California mostró que existirían tres tipos de paternidad:
- Permisivo: Los padres ofrecen una educación no castigadora y aceptan a los niños tal cual son.
- Autorizador: Los padres tratan de dar forma y desarrollar al niño de acuerdo con las normas de conducta.
- Autoritario: Los padres tratan de dirigir al niño de manera racional.
Con la educación autorizadora, los niños crecen teniendo respeto a la autoridad, pero sin sentirse restringidos por ésta.
Aprender el valor de la valentía
La valentía es un poderoso rasgo de la personalidad. La psicóloga Angela Duckworth la define como una "forma para mantener su interés y esfuerzo en resultados a largo plazo". Su investigación se ha correlacionado con el éxito educativo, ya que la valentía además enseña a los niños a imaginar y comprometerse con el futuro que desean crear.
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