​Cambia el chip para criar a tus hijos

Nuestra forma de ser, cultura, maneras de hablar y hasta la forma en que caminamos sirven de modelo para nuestros hijos. Ellos ven a sus padres como un ejemplo a seguir y, por eso, es que muchas veces se dice que somos mejores personas gracias a nuestros retoños.

Lugares comunes aparte, muchos padres se encuentran con un desafío que los desconcierta: mientras pareciera que ellos hacen todo bien y se comportan de acuerdo a lo que debiesen ser, sus pequeños de todas formas tienen comportamientos poco adecuados e incontrolables.

Berrinches, mañas a la hora de comer y de irse a dormir son solo algunos de los retos al que los padres deben hacer frente. ¿Podría estar la causa de estos comportamientos dentro de nuestro yo interno?

Un nuevo estudio afirma que la forma en que los padres ven la vida determina mucho el comportamiento de sus hijos.

"Hallamos que mientras más grande es el grado de externalidad (la creencia de que hay poca o nula conexión entre lo que hacemos y lo que nos pasa) en comparación con la internalidad (todo lo contrario) de los padres ante sus hijos antes de que ellos nazcan, serán más grandes los problemas de comportamiento de los menores una vez nacido, y más difícil la crianza para sus padres", sostuvo Stephen Nowicki, profesor de Psicología de la Universidad de Emory, en Atlanta, Estados Unidos, plantel educacional que llevó a cabo la investigación.

Según el académico, esto es fácil de explicar, pues los padres donde domina la internalidad poseen algunos de los siguientes rasgos claves a la hora de criar exitosamente:

• Persistencia.
• Sentido de la responsabilidad.
• Sed de información.
• Habilidad para tolerar una gratificación diferida.
• Resistencia a ser coercionado.

Para llevar a cabo este estudio, los investigadores aprovecharon la información detallada que recolectó la Universidad de Bristol, Reino Unido, sobre 10.000 preescolares y sus padres. En dicha investigación, los investigadores hicieron que las madres de dichos niños contestaran un cuestionario antes que los pequeños nacieran. Luego de esto, compararon el tipo de personalidad de la madre con el comportamiento de los niños a medida que crecían.

Inicialmente, los investigadores encontraron que las madres que tendían más a la externalidad eran menos proclives a asistir a clases de crianza, menos proclives a amamantar y menos tendientes a comprobar y asegurarse que sus pequeños estuviesen completamente inmunizados cuando cumplían 6 meses de vida.

También se analizó el comportamiento de los padres, y se determinó que si al menos en un integrante de la pareja domina la internalidad, el niño tendrá menos problemas de desarrollo.

Se espera que estos hallazgos ayuden a guiar programas que reduzcan la externalidad y hagan crecer la internalidad en los padres, incentivándolos a interactuar de forma más positiva con sus hijos y reducir problemas de comportamiento, alimentación y sueño.

"Creemos que los programas de educación prenatal necesitan instruir a los padres sobre cómo tener más internalidad antes de que el niño crezca", puntualizó el profesor Nowicki.

Mientras estos programas aguardan su desarrollo, Nowicki escribió el libro Choice or Chance (Elección u Oportunidad), donde describe el desarrollo del locus de control (el punto de vista interno o externo de una persona) y su impacto en el desempeño personal, social, académico y atlético. En este libro, el académico presenta una revisión sobre lo que se conoce para ayudar a cambiar la orientación del locus de control en niños y padres. Como esto es aprendido y no algo fijo, podemos aplicar lo que sabemos para cambiar o fortalecer nuestro locus de control.

¿Quieres seguir leyendo más sobre temas de crianza? Aquí te dejamos un artículo con las 10 cosas que tienen en común los padres de niños exitosos.

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