Consejos para aprender a expresar tus emociones

Decir lo que sentimos, saber cómo decirlo y decirlo a tiempo, es la ecuación perfecta a la hora de expresar correctamente nuestras emociones. Suena simple, pero en la práctica muy pocas veces lo hacemos y terminamos "explotando".

Tener una buena comunicación con los demás es esencial en la vida y para eso debemos aprender a expresar lo que sentimos cuando las cosas van bien y con mayor razón cuando van mal.

Muchas veces evitamos decir lo que pensamos y sentimos para evadir una discusión, para no quedar de problemáticos, por miedo a la reacción del otro, entre otras razones. Sin embargo, llega el momento que no aguantamos más y decimos todo. Todo al mismo tiempo, todo con rabia, todo sin las palabras adecuadas.

Eso genera que después nos sintamos mal y que se pierda el fondo de lo que dijimos por la forma en que lo dijimos.

¿Qué hacer?

• Aprende a hablar desde el corazón. Si sientes que es momento de hablar, entonces hazlo, pero no lo hagas en momento de rabia y extrema exaltación, porque la ira hace daño y termina bloqueando la comunicación. Si alguien hace algo reiteradamente y eso te molesta, espera estar tranquilo y conversa con esa persona, hazle saber lo que sientes, de lo contrario un día perderás el control y te expresarás de mala forma.
• Las emociones negativas también pueden ser sanas. De hecho, si algo te molesta, te da tristeza o te frustra, es por algo. Conversar con esa persona de buena manera ayuda a evolucionar, crecer y resolver situaciones problemáticas.
• Callar no es una opción. Reprimir lo que sentimos sólo hará que el conflicto se transforme en una bomba de tiempo que tarde o temprano explotara, pues las emociones dañinas siempre encuentran la forma de expresarse.
• Elige el mejor momento para hablar. Analiza a la otra persona, el contexto, lugar y tus sentimientos. Si eliges el momento equivocado, la comunicación no será efectiva. Por ejemplo, si ves que tu jefe está en pleno proyecto o a minutos de una reunión, claramente debes esperar.
• Aprende a reconocer tus emociones y qué las provoca. Quizás hay algo más que te está molestando y lo estás canalizando en una persona o en una situación. Por ejemplo, quizás no te molesta que tu vecino siempre tenga visitas, sino que tú no tengas quién te visite.
• Recuerda siempre que tú dominas tus emociones y no ellas a ti. Toda persona es capaz de controlar la ira o cualquier otro sentimiento negativo. A veces es necesario respirar y tomarse el tiempo de entender lo que nos pasa, incluso físicamente.
• Si te parece que tienes emociones demasiado intensas, te cuesta expresar lo que sientes o controlar lo que dices, a veces es bueno pedir ayuda de un profesional. Manejar las emociones no es una tarea fácil en la práctica, pero es un problema que tiene solución.

Con la ayuda de un psicólogo podrás aprender a conocerte y a manejar tus sentimientos de mejor manera. Eso te ayudará lograr esa ecuación perfecta tan necesaria en las relaciones humanas: Decir lo que sentimos, saber cómo decirlo y decirlo a tiempo.

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