Diferencias entre la orientación sexual e identidad de género

 Muchas personas suelen confundir los conceptos de orientación sexual e identidad de género, términos que son completamente distintos y que es importante diferenciar.

La identidad de género es la percepción subjetiva que una persona tiene de sí misma en cuanto a su género. Es decir, una persona puede nacer con órganos sexuales masculinos pero -a nivel psicológico- se siente mujer.

Por lo tanto, la identidad sexual puede o no coincidir con las características sexuales biológicas que presenta una persona. Cuando esto sucede, entonces hablamos de una persona transgénero o trans, como se les dice comúnmente.

En Chile, la actriz Daniela Vega es la transgénero  más famosa  del país y que también ha sido reconocido en el mundo tanto por su talento como por su lucha por la igualdad, reconocimiento y derechos de las personas trans.

En múltiples entrevistas, ella ha explicado que a los ochos años fue cuando entendió que su cuerpo masculino no coincidía con cómo se sentía, una realidad que no es tan poco común si consideramos que estadísticas internacionales indican que uno de cada 100 mil hombres siente que su sexo biológico no corresponde a su sexo psicológico, condición que también experimentan una de cada 200 mil mujeres.

Por otra parte, la orientación sexual tiene que ver con la atracción amorosa, romántica, afectiva y sexual que una persona siente hacía otra. Es decir, puede ser heterosexual (hacia el sexo opuesto), homosexual (hacía su mismo género, gay y lesbiana) y bisexual (hacia ambos sexos).

En este punto debemos entender que la orientación sexual es diferente de la conducta sexual, porque se refiere a los sentimientos, emociones y al concepto que se tiene de sí mismo. Es decir, las personas no necesariamente expresan su orientación sexual en sus conductas.

¿Se puede elegir la identidad de género o la orientación sexual?

Es la pregunta que más se discute en los debates que tienen relación, por ejemplo, con la Ley de Identidad de Género o la igualdad de derechos entre las personas heterosexuales y las homosexuales, transgénero, transexuales, etcétera.

La respuesta es muy simple: No. Al respecto, la American Psychological Association (APA) explica que “para la mayoría de las personas, la orientación sexual surge a principios de la adolescencia sin ninguna experiencia sexual previa. Si bien podemos elegir actuar de acuerdo con nuestros sentimientos, los psicólogos no consideran la orientación sexual una elección consciente que pueda cambiarse voluntariamente”.

Por lo tanto, así como no se puede elegir tampoco se puede revertir, pues no se trata de una enfermedad. Sí se sugiere que las personas homosexuales o trans se sometan a una terapia que apoye y guíe los cambios que experimenten y se acepten a sí mismo, pues muchos intentan bloquear sus sentimientos y caen en depresiones que los llevan al suicidio.

De acuerdo a una encuesta realizada por The Williams Institute en colaboración con American Foundation for Suicide Prevention, el 41 por ciento de las personas transexuales entrevistadas para el estudio reportaron intentos de suicidio. Una realidad que debe ser considerada y atendida. 

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