¿Qué duele más? ¿Dejar o que te dejen?

Cuando terminamos una relación, la primera pregunta que nos hacen es ¿quién terminó? Pareciera que esa respuesta marca una gran diferencia en la magnitud del "duelo", la intensidad de la angustia y el dolor que sentimos.

Pero quién sufrirá más realmente, ¿el que pronunció el temido "tenemos que hablar"? ¿O el que fue sorprendido con esa frase que todos sabemos qué significa?

Algunos consideran que el dolor de una ruptura es semejante al de la muerte. Sentimos ese vacío, extrañamos, no sabemos cómo retomar nuestra vida, todo parece difícil, creemos que nunca volveremos a ser felices…

Y es que estar pareja pareciera que es muy importante para nosotros. Por ejemplo, en España el 90,2 por ciento considera que tener pareja es "bastante" o "muy importante", según datos del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).

De estos mismos consultados, el 54 por ciento cree que sus próximos tres años su grado de satisfacción empeoraría si terminarán hoy su relación.

Ahora, analicemos los posibles escenarios en caso de un quiebre. El que termina, muchas veces sufre porque se arrepiente, porque siente culpa por el daño que le está provocado a la otra persona, porque comienza a extrañar, duda de si fue la decisión correcta, etcétera.

Sin embargo, también está un paso más adelante, pues es quien tomó la decisión y, por lo tanto, comenzó antes su proceso de separación.

"La persona que toma la decisión ya tiene el proceso de ruptura del vínculo más completado y enfrenta el duelo emocional más recuperado", explica la terapeuta española Lola Fatás.

Por otra parte está el terminado, que siente que injusto, que ve dañado su ego, que muchas veces puede que no sepa qué fallo, que tiene mil preguntas en su cabeza y que la única certeza es que su relación se acabó.

Entonces, ¿para quién es más difícil? Para Pedrita Parker, una ilustradora que se ha dedicado a graficar las rupturas, "duele mucho más que te dejen", pues se acaban los proyectos, sientes que has fracasado en lo emocional, no te sientes lo suficientemente atractivo, crees que jamás alguien te podrá amar, entre otras cosas.

Una terapia de pareja puede ayudar a replantear la relación y hablar libremente de lo que sucede, con un profesional neutral.

Pero dentro de todo, ella destaca que "a veces hace falta que nos hagan pedazos el corazón para sacar esa fuerza interior desconocida".

Por su puesto que estas son generalidades y no una ley. Todos somos individuos, por lo tanto un proceso no puede ser igual en uno y en otro.

Otra pregunta interesante es: ¿Para quién es más difícil aceptar el término de una relación? ¿Para el hombre o para la mujer? Analicemos.

La mujer -culturalmente- tiene un mayor peso frente a la soltería que los hombres, pues para muchos tiene la obligación de ser "deseada, querida, amada".

De hecho, es bastante común que a una mujer se le pregunté cuándo va a tener hijos, cuándo se casará… presiones que no recibe habitualmente un hombre.

Es precisamente por esto que las mujeres tienden a hacer cambios más profundos tras una ruptura, y a realizar proceso más consientes para poder volver a estar bien. En cambio el hombre es más superficial, tiene menos presiones e incluso puede llegar a sentirse aliviado las primeras semanas e incluso meses.

No obstante, con el paso del tiempo los papeles se invierten. La mujer comienza a sentirse mejor, y dedica su tiempo a planificar nuevos proyectos; por el contrario, el hombre ve llegar los primeros efectos emocionales y siente la ausencia.

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