Prueba estos “trucos amorosos” para mejorar tu relación
Se trata de pequeñas y simples acciones diarias que pueden hacer la diferencia en la convivencia con tu pareja. ¿Estás dispuesto/a a dar el primer paso?
Después de estudiar a miles de parejas, el psicólogo Eli Finkel encontró una explicación para la estrepitosa disminución de satisfacción que las personas están experimentando respecto a sus matrimonios durante las últimas cuatro décadas: es un asunto de oferta y demanda emocional.
Según el autor, muchas personas buscan que sus parejas reemplacen la compañía y el apoyo emocional que alguna vez les brindaron sus familias de origen e instituciones como los grupos de amigos, la iglesia o los compañeros de actividades varias. El problema es que sus parejas, o ellos mismos, muchas veces están tan ocupados con sus trabajos y con la paternidad/maternidad que tienen poco o casi nada de tiempo para sí mismos y para sus relaciones.
¿Qué podemos hacer al respecto? A menos que estés dispuesto a reducir tus demandas, la única solución es aumentar la oferta. En otras palabras, en vez de esperar a que el otro haga cambios, da tú el primer paso y haz un esfuerzo por darle en el gusto a tu pareja. Y es allí donde aparecen los denominados "trucos amorosos" del doctor Finkel.
Pero, ¿qué es un "truco amoroso"? El psicólogo lo define como una técnica probada que toma poco tiempo o esfuerzo y que ni siquiera requiere la colaboración de tu pareja:
"Es una opción rápida y fácil que puede tomar solo unos minutos al mes. No te va a brindar instantáneamente un gran matrimonio, pero ciertamente puede mejorar las cosas".
Toca a tu pareja
Tomarse de la mano puede hacerte ganar puntos incluso cuando no lo pretendes, tal como se demostró en un experimento con parejas que vieron un video juntas. A algunas personas se les pidió no tocar a sus parejas durante el video, mientras a otras se les pidió tocarlas "de una manera cálida, positiva y confortable".
Luego, las personas que fueron tocadas informaron que se sentían más seguras de ser amadas por sus parejas --- y este efecto ocurrió incluso cuando estas personas sabían que las acciones de sus parejas estaban siendo indicadas por los investigadores.
Sí, así de impactante: sus lados racionales sabían que el acercamiento de su pareja no era parte de un gesto espontáneo de afecto, pero los hizo sentir bien de todas maneras.
No saques conclusiones negativas demasiado rápido
Si tu pareja hace algo mal, como no devolverte una llamada, no le des vueltas en exceso. Los investigadores descubrieron que una de las mayores diferencias entre las parejas felices y las infelices es su "estilo atribucional" al explicar una ofensa de su pareja.
Las parejas infelices tienden a atribuir automáticamente algo como una llamada no devuelta a una falla interna permanente en su pareja ("Es demasiado egoísta para preocuparse por mí") en vez de atribuirlo a una situación externa temporal, como un día laboral inusualmente movido.
Moraleja: cuando algo sale mal, antes de llegar a ninguna conclusión sobre tu pareja, tómate algunos segundos para considerar una explicación alternativa que ponga la culpa en otro lugar (o que la haga desaparecer).
Visualiza una discusión desde fuera
En un experimento con 120 parejas casadas de Chicago, el doctor Finkel periódicamente les hizo preguntas sobre sus matrimonios durante un periodo de dos años. Durante el primer año, la satisfacción con sus matrimonios disminuyó, lo que desafortunadamente es muy común.
Una terapia de pareja puede ayudarte a mejorar tu relación
Al comienzo del segundo año, a algunas de las parejas se les pidió tratar algo nuevo cuando se encontraran en una discusión:
"Piensa sobre esta diferencia de ideas con tu pareja desde la perspectiva de una tercera parte neutral que quiere lo mejor para los involucrados; una persona que ve las cosas desde un punto de vista neutro. ¿Qué pensaría esta persona sobre la discusión?, ¿cómo él o ella podría encontrar el lado positivo al asunto?"
Nuevamente, este pequeño ejercicio hizo una gran diferencia. Durante el siguiente año la satisfacción marital se mantuvo estable en aquellas parejas, mientras que continuó en decadencia en el grupo de control al que no se le había pedido utilizar la perspectiva del tercero neutro.
Crea una lista de gratitud
Una vez a la semana escribe cosas que tu pareja ha hecho para "invertir en la relación". Esto es lo que se le pidió a un grupo de personas que participaron en un estudio. Por otra parte, a un segundo grupo se le pidió crear una lista con cosas que ellos mismos habían hecho para invertir en la relación.
Los que se dieron una auto-palmadita en la espalda poco después se sintieron más comprometidos con la relación, pero los que escribieron sobre las contribuciones de sus parejas se sintieron significativamente más comprometidos – y también, como era de suponer, mucho más agradecidos hacia sus parejas.
Acepta un cumplido
Uno de los factores más comunes en los matrimonios fallidos es la "sensibilidad de rechazo" de uno de los miembros de la pareja.
¿Qué es esto? Las personas con baja autoestima lo pasan mal pensando si sus parejas realmente los aman o no, así que frecuentemente y de manera preventiva omiten el afecto de sus parejas con el fin de evitar ser heridos por un posible (y esperado) rechazo. E incluso cuando comienzan teniendo a una pareja cariñosa, sus peores miedos se vuelven realidad debido a que su comportamiento a la defensiva termina alejando al otro. Una profecía autocumplida.
Durante otro estudio, y mientras se ponían a prueba formas de contrarrestar esta ansiedad, los investigadores les pidieron a personas inseguras que recordaran un cumplido específico de sus parejas. El hecho de dar detalles sobre la situación y el cumplido no tuvo efecto alguno, aparentemente porque estas personas descartaban el cumplido y lo veían como una anomalía dentro de su día a día: "Por primera vez hago algo bien".
Pero se produjo un efecto notable cuando a estas mismas personas se les pidió pensar sobre este cumplido de manera abstracta:
"Explica por qué tu pareja te admira. Describe qué significa para ti y su significado en tu relación".
Ese ejercicio rápido los ayudó a ver por qué sus parejas realmente los quieren y se preocupan por ellos.
Celebra las pequeñas victorias
Cuando tu pareja te cuente algo positivo de su día, demuestra tu emoción al respecto. Hazle preguntas sobre el tema para que te cuente más sobre esa situación y pueda revivirla (y volver a disfrutarla).
Pon algo de entusiasmo en tu voz y en tus reacciones. Ojo, no se trata de ser falso/a o de fingir algo que realmente sientes, sino de aprender a manifestar de manera clara tu alegría o motivación con un tema – algunos investigadores le llaman a esto "intento de capitalización".
Cuando los investigadores estudiaron a parejas que fueron entrenadas para usar dichas técnicas en sus conversaciones al final del día, resultó que cada integrante sintió más placer a partir de sus propias victorias, y ambos terminaron generando más cercanía entre sí. Al compartir su alegría, cada uno salió adelante – y, en la lógica de los "trucos amorosos", no tomó mucho tiempo ni esfuerzo.
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