El beso como terapia psicológica
Besarse, en definitiva, es una demostración ancestral, cultural, simbólica y psicológica –aunque no universal- de afecto que puede repercutir en nuestro bienestar.
Probablemente muchos médicos e incluso germófobos son férreos detractores del Día Internacional del Beso que se celebró el pasado 13 de abril, en conmemoración al récord del beso más largo obtenido por una pareja de Tailandia (¡46 horas!). ¿Por qué? Debido a los efectos negativos de esta práctica, ya que propiciaría la transmisión de alergias alimentarias, de medicamentos e infecciones virales como la influenza.
Sin embargo, también existen grandes beneficios para tu bienestar emocional y mental que se generan a partir del simple pero muy significativo acto de besarse.
Por ejemplo, un grupo de investigadores de la Universidad Estatal de Arizona (EEUU) llevó a cabo un estudio en el cual analizaron los efectos de un beso entre cónyuges y convivientes respecto a sus niveles de colesterol, estrés, percepción del estrés y satisfacción de la relación amorosa.
Una de sus principales conclusiones fue la siguiente:
"Dentro del contexto de relaciones románticas maritales y de convivencia, besarse es un comportamiento comunicativo que causa mejoras en algunos parámetros del bienestar físico, mental y relacional (…) La indicación de besarse más ha sido frecuentemente utilizada como un componente de la terapia marital, y los presentes resultados proveen evidencia experimental de que aquella prescripción puede mejorar la satisfacción de la relación".
(Kissing in Marital and Cohabiting Relationships: Effects on Blood Lipids, Stress and Relationship Satisfaction, Western Journal of Communication, 2009)
Por tanto, habría claros signos de que un ósculo puede ser (parte de) la solución para liberarse del estrés o, al menos, para ver la vida cotidiana desde una perspectiva un poco más distendida, sobre todo cuando esa muestra de afecto es de tipo romántico con una pareja estable.
Por su parte, el psicólogo evolucionista y profesor de la Universidad de Albany Gordon Gallup dirigió un estudio llevado a televisión estadounidense y denominado "La ciencia de besarse" ("The Science of Kissing").
En él, dicho profesional encuestó a mil estudiantes universitarios sobre sus preferencias, actitudes y comportamientos respecto a los besos.
¿Lo más destacado?
"Besar tiene que ver con la intimidad (…) Existe un intercambio de información muy complicada que involucra señales táctiles y ajustes posturales y olores e incluso el intercambio de saliva".
Si estás leyendo este artículo existe la posibilidad de que busques también una terapia de pareja. Para encontrarla sólo tienes que revisar nuestro listado de psicólogos que se especializa en dicho ámbito y enviarles tu solicitud de consulta.
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